Maldito corazón de esponja,
tenés que aprender de la piedra...
no sigas absorbiendo,
poco a poco, lograrás volverte impenetrable
y, con el tiempo,
serás insensible y todo rebotará
en las herméticas paredes
que te caracterizan.
Ya verás,
no absorbas más
y te irás secando hasta ya no sentir
más dolor.
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