Estamos tan acostumbrados a estar solos, que cuando alguien quiere hacernos companía, nos asusta y hasta nos puede parecer raro.. Pero no porque no lo quisiéramos, sino porque nos resignamos a vivir sin eso que nos hace bien..
No porque nos asuste significa que no queremos eso.. es que es como si, después de tanto tiempo de acostumbrarse a cierta soledad, que venga alguien que quiera estar de una manera distinta, nos hace sentir.. quizás.. que le debemos algo.
Seguramente diga "nos" para no decir "me" y a algunos les cueste entender por qué escribo esto, pero sé que a muchos nos cuesta dejarnos querer, aunque haya una justificación para tenerle miedo a los que quieren querernos.
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