Archivo del blog

jueves, 2 de febrero de 2012

Al borde del abismo.


Acá me encuentro hoy... apagando mi corazón.
Sin embargo, me resulta inquietante pensar en cuánto más podré apagarlo... cuánto más podrá no sentir, porque llega un punto en que siento como si tuviera algo frío e inerte dentro de mí, algo que no siente, que no dice, no calla ni llora. Que no tengo un corazón, sino una piedra. Una piedra sin vida, inanimada y sin emociones... Sé que suena trágico lo que digo, pero yo solía ser alguien alegre. Si bien tenía un carácter fuerte, como lo sigo teniendo, sabía sonreír y preocuparme menos por la vida. Sabía disfrutar más de las cosas, aunque también eso era debido a mi falta de visión de realidad y mis ganas de vivir de fantasías e ilusiones para alimentarme el corazón,que al fin y al cabo, terminaban lastimándome, una y otra vez. Es por eso que fui cambiando con el tiempo, moldeandome a las diferentes situaciones y personas que iba conociendo, y de esta forma empecé a cerrarme y reservarme más de la gente, teniendo una importante seriedad registrada en la cara, y una forma de ser, notablemente seca y puede que cortante. Esta manera me sirve para "protegerme" de las ilusiones, que suelen ser ciegas a veces, y me permite poder analizar la situación de modo que si lograra ilusionarme con algo que sé que puede fallar, no sigo sin mirar las cosas como realmente pueden terminar, sino que las predigo en mi mente y de acuerdo a las circunstancias que se van presentando, puedo saber si esa ilusión era o no en vano. 
Ahora bien. Esta es una forma de prevenirme de los dolores fuertes al alma pero también es algo muy letal para tomar confianza y tener sociales con las personas a las que quisiera acercarme y no puedo porque simplemente, no me sale, y actúo (aunque esté en contacto directo con otras personas, es decir, entablar conversaciones por ejemplo) como si estuviera sola, constantemente. También me hace ver la vida menos positiva, porque simplemente sueño menos y vivo mis posibilidades, lo que quizás puede que me apasione no lo desarrollo porque o me es complicado,o mi voluntad se quedó dormida y no quiere volver para ayudarme..  entonces quedo atrapada en una vida monótona, aburrida y sin sueños, no perseverante y abrumadamente solitaria. 


Prosigo. ¿Por qué es que escribo sobre esto? Porque en el trabajo, me hicieron notar esta característica compañeros y sinceramente, lo que antes estaba "bien" por ser mi personalidad y mi forma de abrirme O NO a la gente, hoy me preocupa no solo por la visión que tengan de mí en ese aspecto los jefes, y compañeros, sino también en la vida.. porque no es de la forma que quiero ser, ni de la que quiero vivir... y morir.
Espero poder seguir analizando esto, para comenzar el cambio en mí y despegarme de tanto filo, al que estoy sometiendo y siendo sometida hasta el día de hoy.


Joaana Laura.

3 comentarios:

  1. Yo era igual hasta hace algunos años, aunque sigo teniendo algunos rasgos actuales pero quizás no tan marcados como antes.
    La verdad buenísimo que lo hayas notado, no te consumas a vos misma. Tenes que vivir, soñar, arriesgarte. ¿Por qué ser tan calculador? Tenes que vivir, solo tenes esta vida para hacer lo que quieras. Aprovéchalo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu apoyo, nuevamente. Qué placer da que leas tan rápido lo que subo y comentes al respecto, me hace sentir escuchada y sobre todo, entendida. Me da un poco de curiosidad tu identidad.. ¿Qué edad tenés?

    ResponderEliminar
  3. Te entiendo porque yo también era así. Tuve un tiempo (largo) en el que empleaba ese mecanismo de defensa que vos decías. Pensaba las cosas por adelantado y me anticipaba a los resultados, pero siempre me "preparaba" para el resultado negativo. Obviamente así no podía disfrutar de nada porque sentía que todo esfuerzo era en vano. Y eso terminó por lastimarme mucho, por lo que intenté cambiarlo. Y con el tiempo y con paciencia lo logré, y debo decir que me siento muchísimo mejor ahora.

    No digo que sea facil cambiarlo; de hecho para mi fue bastante dificil. Pero una vez que te das cuenta de ese aspecto de tu forma de ser y te propones cambiarlo, vas viendo los resultados y te sentís muy bien. Y luego quizás te comparás con vos misma hace un tiempo y ves lo mucho que cambiaste y lo bien que te hace ese cambio. Solo es cuestión de proponerte mejorar día a día y de confiar en vos misma. No dejar que los problemas te abatan; no permitir que los momentos difíciles te impidan seguir. Y apoyarte en las personas a quienes les importás y quienes quieren lo mejor para vos.

    pd: yo soy una de ellas, así que contá conmigo.

    Un beso grande!

    ResponderEliminar