En el colectivo:Yo parada en la parte de bajada del colectivo de la parte media porque está muy lleno y no tengo otro lugar donde ponerme ni sé flotar tampoco, una chica me dice:
"¿Te bajás?" (mirando con cara de "Correte, ¿no te das cuenta de que quiero bajar?") y yo respondo: "Sí, me bajo" (con tono de : "Tomáá" y una cara de "te cabe".)
Que bronca que me da que lo pregunten con tono y mirada de mierda, un poquito de humildad o respeto che!
O sino el típico empujoncito en vez de pedir PERMISO, ahora yo pregunto.. ¿ES TAN DIFÍCIL PEDIR PERMISO? ¡NOOOOOOOOOOOOO!
NO es tan difícil, se vuelve molesto que empujen en vez de pedir permiso, o que digan "Permiso" con tono soberbio, cuando ya no hay lugar para moverse y dejar pasar al otro.
Un poco de respeto en los medios públicos aunque sea pido, ¡UN POCO! ¡Un poco de sentido humano!
Y lo que más me molesta de la gente en los medios de transporte es, por ejemplo en el tren, cuando EN VEZ de esperar a que PRIMERO BAJE la gente que está adentro del tren, (y a veces también pasa en el subte) entren CORRIENDO como BESTIAS que no tienen modales y golpeen a todo aquel que quiera bajar, y también subir al ferrocarril. ¡Un poco de sensatez hombre!
Y sí, seré muy chica para quejarme, pero las injusticias las callan y después dicen que no se hace nada.
El primer paso es darse cuenta, el segundo decirlo y el tercero, tratar de cambiarlo. Yo, no sólo me quejo, así que mis palabras no son tan en vano ya que intento modificarlo diciéndoselo a las personas que hacen ésto cuando estoy en esas situaciones. Igualmente, si no hiciera nada, o si dijera las cosas y no hubieran resultados benéficos, no soy la culpable ni tampoco pierdo el derecho de la queja.
Son exactamente las mismas cosas que me rompen los huevos a mí. (Imaginate que uso el transporte público todos los días)
ResponderEliminarNo te das una idea de la cantidad de viejas con las que terminé discutiendo por muchas cosas como estas.
Pero no queda otra que seguir haciéndolo, seguir luchando por un poco de respeto. Ya casi no quedan damas y caballeros en el mundo.
Por suerte me puedo jactar de ser uno (aunque no en todos los aspectos) de los pocos que quedan. Y supongo que vos también podés hacerlo.